Aunque tiene cinco nuevas películas por estrenar el próximo año, la actriz se prepara para un proyecto mucho más importante que cualquier otro: el 2017 será madre por primera vez junto al también actor Thomas Sadoski. Luego de confesar que padece de trastorno obsesivo compulsivo, se ha posicionado como una de las artistas más creíbles de la industria.
La misma actriz señaló en una de sus últimas entrevistas que sufre de trastorno obsesivo compulsivo (TOC), que hace 11 años toma el antidepresivo Lexapro y que tiene diferentes tácticas para manejar sus altos niveles de ansiedad. “Cuando me siento pésimo hago ejercicio o tomo una ducha y luego me pongo mi perfume y máscara de pestañas. Es algo que instantáneamente me pone de buen humor.
Por eso me siento mal por los hombres, porque hay un estigma muy grande sobre los que usan maquillaje”.
Y aunque dice que está aprendiendo a no ser tan abierta sobre sus problemas, el ambiente que se vivió la tarde siguiente en el hotel Crosby del Soho, durante su entrevista con la prensa internacional, era casi como un íntimo baby shower.
Lejos de parecer incómoda al comentar sobre su ansiedad, la madurez con que Amanda habla de su carrera y sus debilidades es digna de una actriz que ha recorrido lo bueno y lo malo de Hollywood.