No es un secreto que Taylor Swift y Calvin Harris ya hablan de boda.
Después de un año de relación y de estar completamente seguros de que el otro es esa persona con la que quieren pasar el resto de su vida, tienen claro que el matrimonio empieza a entrar en sus planes. No de forma inmediata porque aún les queda mucho por vivir, eso sí. Siempre se han tomado las cosas con calma y esto no es una excepción, pero parece que el altar ya se vislumbra en el horizonte.
¿Y qué hay del hecho de formar una familia? Tampoco a nadie le asombra que empiecen a hablar de ello. Como todas las parejas, han bromeado mil y una vez sobre el nombre de sus hijos o la vida que llevarán con ellos.
Sin embargo, parece que de momento no pasa de ser eso: una broma.Y es que Taylor no está en absoluto preparada para dar este gran paso y convertirse en madre. En primer lugar, porque tiene miedo a una cosa muy concreta y no consigue deshacerse de ello. ¿De qué estamos hablando?
Lo que ocurre con Taylor es muy simple: ella más que nadie es consciente de su fama. Sabe que allá donde vaya habrá fotógrafos peleándose por una instantánea suya y personas gritando su nombre. ¡Y adora este mundo! Taylor siempre ha sido muy agradable, muy amable, con todos los que se han acercado a ella. Pero también sabe que esto podría hacer enloquecer a cualquiera, ¿cómo podrían llevarlo sus futuros hijos? Ese es el principal miedo de Taylor, según informa Hollywood Life: la forma en la que la fama pueda afectar a sus retoños. ¡No es ninguna tontería, desde luego!
