A Miley Cyrus, por lo que se ve, no le gusta demasiado Miley Cyrus.
En el principio de los tiempos, cuando todavía era una adolescente, Miley Cyrus fue Hannah Montana. De esa etapa provienen los discos que contienen las primeras canciones escritas por Cyrus (Meet Miley Cyrus y Breakout), pero su nombre y su imagen todavía siguen estrechamente asociados al universo Disney Channel. Después de Hannah Montana, la película, Cyrus declara: “No quiero ser una cantante en otra película. No quiero hacerlo más. Quiero hacer algo un poco más serio”. Miley se observaba y no se gustaba. Había llegado el momento de probar una nueva personalidad.
La cuarta y última temporada de Hannah Montana comienza a emitirse cuando la cantante está a punto de cumplir la mayoría de edad. Tras un par de años de infaustos escarceos cinematográficos, Cyrus regresa al mundo de la música convertida en una mujer subida a una bola de demolición.
Se viste como le da la gana, canta lo que le da la gana y baila con quien le da la gana y como le da la gana. De la imagen angelical de Hannah Montanah no quedan ni los escombros.
Por un lado, alcanza su primer número uno en la lista Billboard con Wrecking Ball y el disco ‘Bangerz’ se convierte en superventas. Pero por otro, escenas polémicas como su aparición en público fumando marihuana, la portada en Rolling Stone saliendo sin ropa de una piscina o el twerking con Robin Thicke durante una gala de los premios MTV la convierten en objetivo de innumerables críticas.
De repente se encuentra en el medio de un fuego cruzado entre la moral más puritana, que carga contra ella tanto por su comportamiento como por su imagen pública, y la mentalidad más liberal, que cree que la cantante ofrece una imagen de sometimiento que resulta perjudicial. Años después declararía que en aquel entonces “estaba totalmente colocada”, pero la controversia le sirvió para darse cuenta de que necesitaba volver a mudar de piel y convertirse en una nueva Miley Cyrus.
Y así ha aterrizado en el presente. Mucho más centrada. Mucho más seria. Mucho más adulta. “Me di cuenta de que si toda esa gente iba a hablar de lo que yo decía o de lo que yo hacía, sería más interesante que fuese de algo bueno, algo que pudiese cambiar las vidas de la gente en lugar de ser algo polémico”, explicaba hace unas semanas en el programa de James Corden.
El único inconveniente es que, ahora que vive su tercera vida y ha empezado a aceptar su pasado, ha comprendido que la música que lleva años haciendo no es la que le gusta hacer. Y como consecuencia, la hija de Billy Ray Cyrus ha decidido regresar a sus orígenes y publicar un nuevo disco, Younger Now, en el que se acerca al folk y la música country.
Hace unos días, mientras llevaba a cabo su labor como jurado del talent show The Voice, la nueva Miley Cyrus realizó una llamativa reflexión en voz alta: “Hay muchas veces que escuchas música en la radio y no te identificas con ella. Soy la estrella del pop aquí sentada y la mitad del tiempo ni siquiera me gusta el pop”.
Fuente: El Español